martes, 30 de octubre de 2012
"Limeño", un torero de los mejores tiempos
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Pepe Limeño (www.wikipedia.es) |
1.- Cuatro Puertas del Príncipe en tres años consecutivos, tres orejas de oro, un palmarés irrepetible, un nombre ligado ya para siempre a los mejores tiempos de la Maestranza de Sevilla… ¿Echa en falta algo en lo profesional o se da por satisfecho?
Bueno, hablas de tres orejas de oro, pero también hay un rabo de oro… (ríe). Por satisfecho del todo nunca me puedo dar porque han quedado muchas cosas por hacer, pero dentro de lo que cabe, pues sí.
2.- Sinceramente, ¿cree posible en estos tiempos repetir su historia?
En estos tiempos lo creo imposible porque aquello fue totalmente un milagro, creo que fue lo máximo tres años seguidos cortar 14 orejas seguidas –que fueron más, porque estamos hablando de las Puertas del Príncipe, que en el 68 fueron tres [orejas] en Abril, tres en Octubre, después en el 69 cuatro en Feria, y en el 70 cuatro en Feria- pero en otras corridas siempre cortaba alguna oreja, o sea que fueron realmente 17 o 18 orejas.
3.- Actualmente, y a sus 76 años, sigue muy ligado al toro debido a su trabajo ¿cree que hubiese sido posible para usted trabajar alejado de este mundo tras su retirada de los ruedos? ¿De qué cree que podría trabajar?
Me hubiese tenido que adaptar porque las necesidades obligan y yo realmente de joven tuve una época en la que fui dependiente del Bar Martínez, el bar de mi familia, y allí estuve cinco años trabajando, eso hubiese sido una opción. Pero en fin, hay muchas cosas y cualquiera sabe, donde hubiese parado y me hubiese mentalizado, podría haber sido.
.- ¿Cómo surge su trabajo de veedor?
Yo dejé de torear en el año 80 y, como estaba dentro, tenía mis contactos y mis conocimientos del mundo taurino. Simón Casas, que se hizo empresario de Nimes, a través de un amigo de Barcelona, Enrique Patón, quedó en llamarme por si me interesaba el tema. Efectivamente, me interesó y desde entonces estoy trabajando con Simón.
4.- ¿Y de no haber sido torero…? ¿Qué cree que sería hoy de José Martínez?
Pues a lo mejor camarero, que era dónde mi inicié con 12 años hasta los 15, así que ahí, no sé. Sólo Dios sabe el destino de cada criatura.
5.- Defíname la situación actual de la fiesta.
La Fiesta está atravesando un momento muy complicado, difícil. Primero por la crisis, después los antitaurinos… Pero la Fiesta es muy fuerte y cuando pase todo estenovelismo de antitaurinos y demás, volverá a dónde realmente siempre estuvo, con su grandeza, que la tiene. El momento es difícil pero para el mundo de los toros y para todos; estamos viviendo un momento muy complicado para todo.
.- Entonces cree que va a pasar…
Sí, sí, por supuesto, eso está claro. Después del temporal siempre viene la calma ¿no?
6.- ¿No ha abierto entonces Cataluña la veda para una próxima, o no tan próxima, extinción de la fiesta de los toros?
Bueno, eso es todo político. Está claro que hay una corriente política muy fuerte en contra de todo lo que huele a español, pero que yo creo que eso también se arreglará porque no tiene sentido. Cataluña era la región más importante taurinamente que había en mi época, era mucho más importante que Madrid y que Sevilla, se daban mucho más toros, se daban toros todo el año. Yo he toreado de novillero en el año 57, creo que fue, el día de los Reyes, el 6 de Enero, en Barcelona y, aunque se terminaba la temporada en Octubre, yo he llegado a torear allí en Noviembre. Había dos plazas de toros, Las Arenas, que tenía una capacidad para unas 15.000 personas, y La Monumental, que tenía una capacidad de 20 [mil], que eran del mismo empresario. ¿Qué pasa ahora allí? Hay una corriente no sé si antitaurina o antiespañola, pero que espero que se solucione.
7.- ¿Un torero de ahora?
Bueno, hay varios y muy buenos, yo no sabría decir uno porque me gustan prácticamente todos, todos tienen algo que me interesa o que me gusta
8.- ¿Y de antes?
Pues igual. Hubo toreros muy muy importantes que he conocido a lo largo de mi vida y no sabría decir uno. He visto mucho y muy bueno.
9..- Su primera cornada, que se tradujo en una aparatosa brecha en la cabeza, dicen que la recibió ya a los 4 años cuando jugaba con una prima suya y ésta le embistió a usted en vez de al trapo que hacía de capote ¿cómo recuerda su infancia? ¿En qué ambiente se empezó a forjar su afición?
El ambiente era muy propicio. Mi padre quiso ser torero, de hecho toreó algunas novilladas sin caballos; mi madre también taurineaba un poquito allí en los corrales, le gustaba, incluso llegó a aparecer en algún cartel. Como yo nací en el matadero de Sanlúcar, entre los matarifes, gitanos casi todos, pues desde que nací “tenía que ser torero”. Me ponían delante de los becerros y… hasta el día de hoy.
10..- Para cornada aparatosa aquella en sus comienzos en la Plaza del Pino de Sanlucar de Barrameda en la que un novillo casi le saca el ojo izquierdo y otra en la que quedó usted con los testículos literalmente colgando. Hágame un breve balance de sus cornadas.
Cornadas con heridas tengo muchas, unas más graves y otras menos graves, pero muchas. No sé decirte ahora si son catorce o quince, y fracturas tengo siete.
11.- Una pregunta un tanto obvia… o a lo mejor no, ¿siente predilección por alguna plaza en concreto?
Una plaza por la que tengo predilección, por supuesto, es Sevilla, que es dónde he tenido los triunfos más grandes y más fuertes. Después Sanlúcar, mi plaza de El Pino, que es donde me inicié. En El Puerto de Santa María he toreado mucho y es donde vestí el traje de luces por primera vez a los treces años y Madrid, por supuesto; Barcelona, que toreé mucho; Nimes en Francia, una plaza en la que también tuve mucho éxito. Muchas, pero principalmente estas que te digo.
.- ¿Y cuál es tu mejor toro?
Uff… Eso es muy difícil, porque ha habido muchos que fueron importantes para mí, y especificar con un toro… Te puedo decir varios toros que tengo en la mente, pero no un toro “este”, porque han sido muchos.
.- Quizás tb un poco obvia..pero ¿una ganadería?
La que me ha procurado los triunfos más importantes no cabe duda que ha sido la de Miura, pero hay muchas y muy buenas que me gustan y con las que he conseguido también algunos triunfos.
12.- Veo que no termina de mojarse… En una tarde del año 61, en su primera corrida de Miura, ¿cuándo estuvo más nervioso; en el albero con el animal o cuándo subió al palco dónde se encontraba Francisco Franco?
Era mi primera Feria de Sevilla y mi primera corrida de toros de Miura. Había cortado una oreja, había estado bien y, quizás por los nervios y demás, cuando subimos al palco y el caudillo se dirigió a mí, no recuerdo cómo estaba porque la corrida ya estaba matada y estaba con ese regusto.
13.- Tengo entendido que no estuvo usted muy discreto con el Jefe de Estado ¿qué ocurrió?
No… No, estuve de ignorante (ríe), estuve muy ignorante. Sucedió que, dos o tres días antes, él estuvo en Sanlúcar y fue para ver las marismas para dar imagen y demás. Pero yo tenía entendido –entonces había muchas necesidades- que venía por un proyecto extraordinario -que vino en portada de ABC-, el Canal Sevilla-Bonanza, un proyecto que se comentaba mucho en Sanlúcar. Se decía que había venido expresamente para el Canal Sevilla-Bonanza, así que, cuando se dirigió a mí y me dijo “Mucho público de El Puerto de Santa María”, yo le contesté “excelencia, de Sanlúcar de Barrameda. Tengo entendido que lo del Canal Sevilla-Bonanza es un hecho ¿no?”. Y él, que ni sabría nada del Canal, me hablaba de las marismas, y yo del Canal, y él de las marismas… “Pues lo del Canal es una cosa fundamental en Sanlúcar, porque cuando hay temporales, la gente pasa muchas necesidades. Cuando vienen dos o tres meses de paro, no sé cómo se las avían”. El hombre me aguantó todo y ya cuando se hartó me dijo “Es que la gente de Sanlúcar es muy habilidosa ¿no?”
14.- En su vida profesional existe un momento especialmente desagradable… durante la Feria de Abril del 71, cuando se encontraba en su momento más esplendoroso y también cuándo todo ese esplendor cayó en desgracia. Ahora con la perspectiva de los años ¿cómo ve todo eso?
Pues lo veo igual que lo veía antes; fue un atropello, fue algo increíble. Aquello fue muy desagradable. Realmente acabaron conmigo, en un día me mataron. Pero ha pasado ya mucho tiempo y hoy quizás sería para bien y le doy gracias a Dios, no quiero volver a aquello.
15.- Ser todo un hito en una plaza como Sevilla y tener clavada la espinita de Madrid…
Yo en Madrid de novillero ya salí por la Puerta Grande, me llevaron a hombros hasta Manuel Becerra y tuve unas actuaciones muy importantes, pero a partir del año 68, de las cuatro salidas por la Puerta del Príncipe, pues no me llevaron a Madrid. Yo tenía la exclusiva hecha con Canorea [su apoderado] y, en esos años, Livino Stuyck, que era el empresario de Madrid, estaba a matar con Canorea, así que no me contrataron, no fui Madrid.
16.- Sé que es usted creyente…
Sí
.-¿Hasta qué punto estaba presente esa espiritualidad antes de salir al ruedo?
Ha sido algo que no podría decir. Tengo mucha fe, y esa fe me responde a muchas cosas en mi vida.
17.- ¿Y superticioso era?
No, no fui nunca supersticioso. Tenía un capricho absurdo, tonto, pero lo tenía, y que me resultaba, pero tanto como superstición… Supersticioso era mi mozo de espadas, que era de Cádiz –no era gitano, pero parecía que tenía un toque gitano- y sí, tenía sus supersticiones. Que pusiesen el sombrero en la cama cuándo venía alguno a la habitación le descomponía… Cosas así, pero lo mío era una cosa más sencilla y tontona, pero que también me resultaba.
.-¿Qué era?
El mozo de espadas ponía alguna mariposa de aquellas antiguas, que era un vaso con agua y aceite, y algunas veces ponía una lamparilla, otras veces dos, otras tres… y cuando salíamos, se rezaba algo a las imágenes que tenía -que tenía muchas porque me las regalaban-. Yo cogía un cerillo y me ponía a encenderlas –nunca le decía al mozo “pon una” ni “pon dos”; a veces ponía cuatro, otras veces ponía una… era muy desigual-. Encendía una, encendía otra… y si con un cerillo encendía la una o las dos que hubiera, seguro que estaba bien. El día que no lo encendía con un cerillo -me quemaba hasta las yemas de los dedos-, ese día daba esa casualidad de que me volvía sin suerte.
18.- ¿Qué se sentía antes de salir al ruedo?
Eso es también muy difícil de explicar. Depende de la época, del momento, de la ilusión. A veces te coge con más ilusión, con más ganas. Otras veces te coge más deprimido porque no te ves fuerte o no tienes esa seguridad. Depende también de la plaza, depende de la corrida, depende de la responsabilidad…
19.- ¿No tuvo alguna vez algún presagio, para bien o para mal?
No, no he tenido esa sensación de “qué va a ocurrir”. En todo caso, los días de triunfo sí parece que se presiente un poquito… Vas con otra disposición a la plaza, notas esa seguridad en ti mismo algunas tardes.
20.- De todos los recuerdos de aquella época, (trajes con muchas orejas, fotografías, infinidad de trofeos…) ¿qué guarda? ¿qué conserva con más cariño?
Hay un traje ahí que está muy viejito, que me lo puse dos tardes en Sevilla y que cortó seis orejas, dos Puertas del Príncipe. No creo que eso lo tenga nadie.
21.- Cuenta usted muy orgulloso la llegada a su pueblo, Sanlúcar de Bda, de su primer viaje a América. Cuenta que le era casi imposible entrar en la Basílica de la Caridad debido a la cantidad de personas que se agolpaban allí y que los alrededores del Ayuntamiento estaban atestados de miles y miles de sanluqueños que venían a recibirle ¿por qué el toreo no levanta hoy en día esas pasiones?
Pues no sé. Las cosas ya no son iguales, la gente no tiene esa sensibilidad que había antes, que seguía a un torero, seguía a un ciclista, seguía a cualquier ídolo. La gente se reunía en las barberías, en los casinos, en las tabernas, comentaban, hablaban… Hoy hay otra manera de vida. Es distinta la vida de hace 50 años a la de ahora.
22.- ¿Cómo eran esos viajes a América?
Pasaron muchas cosas, muchas anécdotas. América por entonces estaba casi “por descubrir”. Imagínate lo que era el avión a nivel de pueblo y, con un vecino con cartel, como yo tenía, América sonaba a mucho y los triunfos de allí, aquí se magnificaban.
Por una vida dedicada al toreo, como la de "Limeño", el 17 de Julio de 2010, le hicieron una corrida en conmemoración por su cincuenta aniversario, en su pueblo natal, Sanlúcar de Barrameda. En este vídeo se ve como Jose María Manzanares entrega a Pepe Limeño las dos orejas cortadas a su segundo toro, en dicha corrida.
Fuentes: José Martínez Limeño.
Por una vida dedicada al toreo, como la de "Limeño", el 17 de Julio de 2010, le hicieron una corrida en conmemoración por su cincuenta aniversario, en su pueblo natal, Sanlúcar de Barrameda. En este vídeo se ve como Jose María Manzanares entrega a Pepe Limeño las dos orejas cortadas a su segundo toro, en dicha corrida.
Fuentes: José Martínez Limeño.
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ENTREVISTA DE MANOLO MOLES
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